Salinger, Jerome David


No eres el primero a quien la conducta humana ha confundido, asustado, y hasta asqueado. Te alegrará y te estimulará saber que no estás solo en ese sentido. Son muchos los hombres que han sufrido moral y espiritualmente del mismo modo que tú ahora. Felizmente algunos de ellos han dejado constancia de su sufrimiento. Y de ellos aprenderás si lo deseas. Del mismo modo que alguien aprenderá algún día de ti si tienes algo que ofrecer. Se trata de un hermoso acuerdo de reciprocidad. No se trata de educación. Es historia. Es poesía.




Tuve que leer “The Catcher in the Rye” (1951) en un instituto norteamericano el curso 76-77. Me fascinó entonces la aventura iniciática de Holden Caulfield, convertido en icono de la rebeldía adolescente. Resultaba entonces algo sorprendente tener como lectura escolar este relato de un muchacho que se fuga de casa. Viaje en el que el protagonista va descubriendo todo lo repulsivo del ser humano, la realidad de la corrupción y las mentiras que nos rodean. Holden se rebela contra la autoridad de los mayores, su falsedad, la educación que impera, también contra su inevitable entrada en el mundo adulto; su rebelión parece condenada a la derrota.

¿Cuándo demonios vas a crecer de una vez?

El lector sigue en primera persona ese doloroso paso de una edad a otra, la entrada en el decepcionante mundo de los adultos. 

Me paso la vida diciendo: 'encantado de haberte conocido', a personas que no me encanta nada conocer. Pero si quieres seguir vivo, tienes que decir esas cosas.

Traducido su título al español por "El guardián en el centeno" (inicialmente fue "El cazador oculto"), está entre las 10 novelas más vendidas y leídas en Estados Unidos.

Autor de una única novela, publicó sólo otros tres libros de cuentos, Salinger se convirtió en un escritor mítico y de culto, con decenas de leyendas urbanas sobre su vida.

Tamaro, Susanna


Cada vez que te sientas extraviada, confusa, piensa en los árboles, recuerda su manera de crecer. Recuerda que un árbol de gran copa y pocas raíces es derribado por la primera ráfaga de viento, en tanto que un árbol con muchas raíces y poca copa a duras penas deja circular su savia. Raíces y copa han de tener la misma medida, has de estar en las cosas y sobre ellas: sólo así podrás ofrecer sombra y reparo, sólo así al llegar la estación apropiada podrás cubrirte de flores y de frutos.

Y luego, cuando ante ti se abran muchos caminos y no sepas cuál recorrer, no te metas en uno cualquiera al azar: siéntate y aguarda. Respira con la confiada profundidad con que respiraste el día en que viniste al mundo, sin permitir que nada te distraiga: aguarda y aguarda más aún. Quédate quieta, en silencio, y escucha a tu corazón. Y cuando te hable, levántate y ve donde él te lleve.
Donde el corazón te lleve (1994)
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