Vargas Llosa, Mario

...yo colocaría a Proust, Mann, Joyce… entre los mayores creadores. Lo que quiero decir es que quizá las novelas estén llegando a su fin, porque en el mundo de hoy nos llegan infinitas imágenes e historias directamente a casa. Dudo mucho de que tengamos otro Proust, otro Faulkner. Los grandes maestros contemporáneos escriben de manera breve. Fíjese en Kafka, lo fragmentario que es. Hoy Shakespeare sería un guionista.¿Y quiénes serían los novelistas de hoy día? Hmmmm, es muy difícil contestar a esa pregunta. Creo que Mario Vargas Llosa lo es. "La fiesta del chivo" es indudablemente de las mejores novelas de hoy...dice George Steiner en entrevista publicada hoy en EPS.

En La verdad de las mentiras (1990, 2º ed. en Alfaguara, 2002), Vargas Llosa reúne ensayos independientes que analizan novelas y relatos aparecidos en el siglo XX. Aunque, desde luego, faltan muchos autores y títulos imprescindibles para hacerse una idea cabal de la narrativa escrita en ese siglo, creo poder asegurar que, en la arbitraria selección incluida en este libro -pues no responde a otro criterio que a mis preferencias de lector-, se vislumbra la variedad y riqueza de la creación novelesca en el siglo que hemos dejado atrás... Aunque es verdad que el XIX -el siglo de Tolstoi y Dostoievski, de Melville y de Dickens, de Balzac y Flaubert- merece con toda justicia haber sido llamado el siglo de la novela, no es menos cierto que el siglo XX lo fue también, gracias a la ambición y la audacia visionaria de unos cuantos narradores de distintas lenguas y tradiciones capaces de emular a quienes habían llevado tan alto las cimas de la novela. El puñado de ficciones materia de este libro prueba que, pese a las profecías pesimistas sobre el futuro de la literatura, los deicidas merodean aún por la ciudad fabulando historias para suplir las deficiencias de la Historia.

En una sociedad cerrada la Historia se impregna de ficción, pasa a ser ficción, pues se inventa y reinventa en función de la ortodoxia religiosa o política contemporánea, o, más rústicamente, de acuerdo a los caprichos de los dueños del poder.
Los hombres no viven sólo de verdades, también les hacen falta las mentiras: las que se inventan libremente, no las que les imponen; las que se presentan como lo que no son, no las contrabandeadas con el ropaje de la historia.
Por sí sola, ella es una acusación terrible contra la existencia bajo cualquier régimen o ideología: un testimonio llameante de sus insuficiencias, de su ineptitud para colmarnos... Las mentiras de la literatura, si germinan en libertad, nos prueban que eso nunca fue cierto. Y ellas son una conspiración permanente para que tampoco lo sea en el futuro.

Los autores reseñados, por orden alfabético, son: Bellow, Böll, Breton, Camus, Canetti, Carpentier, Conrad, Dinesen, Dos Passos, Faulkner, Fitzgerald, Frisch, Grass, Greene, Hemingway, Hesse, Huxley, Joyce, Kawabata, Koestler, Lampedusa, Lessing, Malraux, Mann, Miller, Moravia, Nabokov, Orwell, Pasternak, Solzhenitsin, Steinbeck, Tabucchi, Woolf.

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