Bernhard, Thomas


Doscientos amigos asistirán a mi entierro y tú tendrás que pronunciar un discurso ante mi tumba, me había dicho Paul. Pero en su entierro sólo estuvieron ocho o nueve personas, como me consta, y yo mismo estaba en aquel momento en Creta, escribiendo una obra de teatro que, en cuanto hube terminado, aniquilé inmediatamente.

El sobrino de Wittgenstein (1982)

El austriaco Thomas Bernhard (1931-1989) nació en realidad en Holanda, donde su madre fue para evitar la deshonra de un hijo ilegítimo. Tuvo siempre una relación tensa con ella, de amor-odio, al igual que hacia su patria. Se cría en gran parte con sus abuelos, que ejercerán en él una gran influencia, especialmente su abuelo. En los años cuarenta ingresó en un internado de Salzburgo. Después vería como el internado nazi se convierte en un colegio católico igual de atroz. Tiene sus primeros contactos con la música, también con la enfermedad y la idea del suicidio, temas recurrentes en su obra. Narra su vida en El origen, El sótano, El aliento, El frío y Un niño. En España se publicaron en los años 80 tras convertirse en escritor de culto con la publicación de Trastorno y , ensalzado por los Benet, García Hortelano, Guelbenzu, Azúa y "el joven Marías"... 
Sarcástico en su humor, muestra las miserias de la sociedad austriaca, provocador en ocasiones, pero también conmovedor. No es moralista, muestra el sufrimiento de la humillación, la enfermedad, la locura, explora el horror de la degradación. No llegó a recibir el único premio que le habría gustado y tal vez hubiera rechazado.

El leía siempre libros en los que se hablaba de suicidas, en los que se hablaba de enfermedades y de muertes, pensé, de pie en la sala del mesón, en los que se describía la miseria humana, la falta de soluciones, la falta de sentido, la falta de utilidad, en los que, una y otra vez, todo era devastador y mortal. Por eso amaba más que nada a Dostoyevski y a todos sus sucesores, en general la literatura rusa, porque es una literatura realmente mortal, pero también a los deprimentes filósofos franceses.

El malogrado (1983)


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