Faulkner, William



En el pabellón, una banda vestida con el azul de horizonte del ejército tocaba composiciones de Massenet, y de Scriabine, y de Berlioz, como una delgada capa de torturado Tschaikowsky en una rebanada de pan rancio, mientras el crepúsculo se disolvía en húmedos destellos que partían de las ramas y avanzaban hasta el pabellón y los sombríos hongos de las sombrillas. Ricos y resonantes tocaban los instrumentos de bronce, y sus notas se desvanecían en un crepúsculo verde, rodando sobre ellos en ondas ricas y tristes. Temple bostezó detrás de su mano, luego sacó una cartera y la abrió sobre una cara en miniatura, sombría y descontenta y triste. A su lado se sentaba su padre, con las manos cruzadas sobre la empuñadura de su bastón, la barra rígida de su bigote adornada de gotas de humedad como plata helada. Ella cerró su cartera, y por debajo de su elegante sombrero nuevo parecía seguir con sus ojos las ondas de la música, disolverse en las notas moribundas a través de la alberca y el opuesto semicírculo de árboles, donde a sombríos intervalos meditaban las reinas muertas en mármol manchado, y hacia el cielo, que yacía inclinado y vencido en el abrazo de la estación de la lluvia y de la muerte.

"Santuario" (1931)

A pesar de ser escrita para complacer al público y conseguir ingresos, despreciada por esa razón por su propio autor, Santuario está considerada como una de las mejores obras de Faulkner (1897-1962), en competencia con El ruido y la furia (1929) y Absalón, Absalón! (1936). Premio Nóbel en 1949, Faulkner es sin duda uno de los grandes autores de referencia que renovaron la novela del siglo XX, el Joyce americano... largos monólogos interiores, experimentación con múltiples narradores y el tiempo de la narración, oralidad del discurso narrativo, recreación de un territorio propio...

En realidad Santuario no es una novela muy representativa del estilo de Faulkner por sus concesiones con finalidad comercial. Cuenta la historia del idealista e inocente Horace Benbow, perseguido por la justicia y objeto de linchamiento popular, y el mafioso Popeye, encarnación del mal, viola a una adolescente y la lleva a un prostíbulo, la joven Temple Drake, también víctima pero no del todo inocente. Todo sucede en el imaginario condado de Yoknapatawpha. Tono trágico, desesperanzado, pesimista, aunque con destellos de humor. Consigue hacer ver los aspectos más sombríos del alma humana, la corrupción y la fuerza demoledora de la desilusión ante un mundo en manos de quienes saben manipular a los demás según sus intereses.

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